Tengo años enfocada en el valor de la creación de relaciones efectivas y este es un par de cosas que he aprendido.

Tengo años enfocada en el valor de la creación de relaciones efectivas y este es un par de cosas que he aprendido.

Destacada Hábitos maravillosos

Uno de los grandes retos para algunos de nosotros que estamos dedicando tiempo en reconocer y utilizar nuestros potenciales al máximo, es encontrar espacios con personas que nos inyecten, de alguna manera, más energías para continuar en el camino de lo que hacemos.

Crear y alimentar relaciones efectivas, especialmente en nuestros trabajos, es clave para lograr resultados significativos —eso hoy día ni lo discuto—. Puedo decir que entre algo que aprendí, curiosamente, es recordar quedarme callada y observar con cautela cada acción de la gente sin interrupción porque es allí donde pude ver más de lo que buscaba. Y lograr ser efectivo en las relaciones es una tarea que a veces toma tiempo, y en la mayoría de los casos, es algo basado en nuestras propias conveniencias y funcionalidades.

Aprendí a respetar, y de hecho a abogar por, un gran factor esencial en la prosperidad de nosotros como profesionales, emprendedores y creativos: Saber manejarnos cuando nos acercamos a la gente. Es importante ir conociendo cómo nos desenvolvemos e interactuamos con todo tipo de persona ya que esa exposición nos hace experimentar cosas diferentes que fortalecerán nuestra visión de dónde y cómo exactamente deseamos seguir contribuyendo en la vida.

Yo siento que es un reto, al menos para mí lo es casi todos los días, mantener presente que cada quien es diferente, que otros tendrán opiniones opuestas a las mias, que utilizarán palabras que desconozco o hasta desapruebo, como ejemplo, pero esa diversidad siempre me traerá a la mente una perspectiva, una idea, una estrategia, o incluso una ilusión, de lo que yo podría explorar o intentar imaginar.

Enfocándome en crear y mantener relaciones efectivas me ha permitido también darme cuenta de que conociendo a las personas un poquito mejor, y sin poner tanto énfasis en querer obtener o sacar algo de ellas, puedo sentir satisfacción al simplemente conocer algo nuevo; algo que sin darme cuenta con el tiempo se convierte en mis momentos de desahogos y escapes necesarios. Cuando decidí enfocarme en fomentar tipos de relaciones que fueran algo más genuinas, sinceras y directas, me permití acercarme a seres que proyectaban visiones tan interesantes, y en donde incluso mi contribución u opinión llegó a ser tan bienvenida y apreciada, a tal grado que me hizo responsabilizarme mucho más en los espacios donde me muevo. Y creo que la buena aceptación de lo que contribuimos y decimos es el mejor medidor de resultados de aquello en lo que trabajamos.

Conectar con nuevas personas, especialmente cuando siento que necesito aprender cosas nuevas, se ha convertido en un regalo en esta etapa de mi vida que me saca por momentos de tristezas, estrés, confusión y bloqueos en muchos aspectos.

Lo más transformador que uno llega apreciar de las relaciones verdaderas y sinceras es que ellas van creciendo y alimentándose naturalmente —no necesitan de tantas expectativas confusas e irreales, exigencias absurdas y demás—, y con el tiempo sucede que nos hacen transcender con nuestros propios sentimientos, aspiraciones y hasta temores de la vida al poder compartirlo con otros libremente y sin prejuicios. ¡Y se comparten emociones tan ricamente con un cafecito o un traguito de cerveza!

Gracias por acompañarme y ten un lindo día 😉

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