Foto: Allí estoy posando en un parque conocido como Gas Works Park, en Seattle, Washington.

¡Hola Corazones de melocotones!

Le dí vida a este website con la intención de explorar, experimentar y compartir sobre mi gusto por la lectura, mi interés e intención con las palabras, mis reflexiones de medianoche con juegos de frases, mi admiración por la comunicación efectiva que mantienen muchos, y sobre todo por el placer de entablar sabrosas conversaciones en donde los sentimientos y las emociones siempre tienen el primer lugar.

Pecesita Dorada es el nombre que utilizo para identificar este espacio de mi vida. A quienes les atrae el tema del zodíaco, el horóscopo y el mundo astral, yo les digo siempre: Soy pisciana pura. Y lo del color dorado, bueno, eso será por lo que brillo – modestia de lado-, porque aprendí a amar los días soleados, me gusta sentir el sol en mi rostro, me llamo Sol.

El nombre de este website lo declaré hace varios años (junto con otras metas que puse en un dream board) por unas experiencias interesantes que hasta el día de hoy me alegra recordarlo. Sin embargo, no había sido constante manteniendo este espacio activo; lo comencé a actualizar y a darle más cariñito a inicios del COVID-19. La pandemia que nos cambió a muchos la forma de ver TODO. Este tiempo ha sido ideal para también ir sobre mis cosas e ideas pendientes, y te confieso que en este proceso no he ido sola; me ha fascinado ir ajustando mis pensamientos y palabras para así seguir atrayendo a seres geniales que me enseñan a continuar apreciando cada vuelco que da la vida. Y hay vuelcos que duelen, que quieres describrir en palabras que no suenan bonitas, que te irritan y hasta terminas dándote cuenta de que aún pareciendo dura y descuidada con ellas … son tus emociones de ese instante. Y hay emociones que no se borran, ni se escoden, con editar un texto, sino que muestran tus cicatrices tal cual. Y ya.

Un compromiso que tengo conmigo misma es hacer que cada día con mis pensamientos yo siga reconociendo lo maravilloso que es estar, hacer y compartir con y para otros. No sirvo en mucho sola, no me veo sana sola rodeada de pocas palabras. Amo la soledad, tengo mucho que hacer con ella, pero cuando quiero sentirme realmente viva, salgo a la calle con la gente a hablar, discutir, debatir, sí pelear, congeniar… convivir. Hay días que aún con palabras, pensamientos y deseos bonitos, convivir con algunas personas se hace una infierno. Bueh!

Te doy las gracias por visitar este espacio, por echarle ojitos a las páginas que escribo, a las locuras que comparto, a las palabras que me mueven, a las rabietas que siento a veces -y no quiero disimularlas-, y que quizá son palabras que hasta destruyo (porque tiendo a desglosarlas intentando redefinirlas en mi presente), y ni modo, como suelo decir: ‘Este es mi vivir’.

Sol González.

Comparte este artículo con quien le agradaría leerlo.