Cuando uno se ríe, aparte de todas esas cosas saludables que propicia en nuestro organismo, y que nos mantiene vivos, tiende a hacer que otros nos perciban algo felices, accesibles, amigables, dispuestos, – entre otras cosas.
Dicen estudios científicos que sonreir nos ayuda a mejorar las malas condiciones al mismo tiempo que orienta a la gente a ver que estamos listos para interactuar con ellos.
Han habido estudios interesantísimos relacionados al poder de una sonrisa, de todo lo que afecta darnos un momento para reir, y ¿por qué no? también carcajear. Un estudio del Journal of Personality and Social Psychology dice que encontraron, entre varios detalles, que la gente que sonrie con frecuencia suele ser percibida más competente. Así que no está de más ponernos una sonrisita en el rostro esos días que nos sintamos desanimados o estresados. Busquemos las maneras posibles para hacer que nuestro humor mejore y asi cosechar los tan mencionados beneficios que provee.
A sonreir, querid@s. Que los malos ratos no nos dure mucho tiempo.
A sonreirnos más con todos aquellos con quienes más queremos conversar. La sonrisa cuando hablamos con la gente les permite percibir que son aceptados e invitados a seguir compartiendo.
En este post que publiqué en Instagram me ven tal cual me vieron un par de amigas ese día. Estuve con seres con quienes aprecio tanto sonreir y carcajear, los buenos y no tan buenos momentos de mi semana.
3 Tips para sonreir más
Rodéate de positividad: Mira, no hay dudas que las personas y los entornos con los que nos rodeamos tienen un gran impacto en nuestro estado de ánimo y muchas cosas más. Escoge detalladamente las personas con quienes pasas tiempo, especialmente esos días que deseas recargarte de lo mejor. Recomiendan especialistas en distintas áreas de la salud que busquemos personas y actividades positivas y edificantes que lo hagan a uno sentir feliz y lleno de energía. Crea momentos bonitos con amigos que te hagan reír, participa hacer cosas que te traigan alegría y rodéate de aquello que te hagan sentir bien, como frases inspiradores (a m í me fascinan) o fotos e imagenes que te recuerdan cosas hermosas y valiosas de tu pasado.
Practica sonreír: No todo el mundo se sonríe con facilidad, pero siempre nos resaltan que como cualquier habilidad, sonreír requiere práctica. Sé consciente al recordar sonreír a lo largo del día. Sonría a personas con quién te topes en tu día a día, saludar con una sonrisa ayuda mucho. Y no olvides hacerlo frente al espejo (yo frente al espejo practico muchas cosas, incluso las palabras que diré en algunas reuniones o llamadas telefónicas). Y sí es cierto… cuanto más uno practica, más natural nos vamos sintiendo con lo que expresamos y mostramos, y más se disfrutan luego los beneficios del saber sonreir, reir o carcajear.
Practica la gratitud: Hoy día por todas partes nos hablan de la importancia de ser agradecidos. Cuando agradecemos con sinceridad es muy probable que se nos dibuje una sonrisita en el rostro. Y mientras más se estudia esto del agradecimiento, más nos damos cuenta de que nos ayuda a cultivar perspectivas y pensamientos más positivos, optimista y hasta contagiosos. Investigaciones científicas se la pasan demostrándonos que al practicar la gratitud aumentan los niveles de felicidad y los sentimientos de bienestar.
Tómate unos minutos cada día para reflexionar sobre las cosas chéveres de tu vida, en el lugar donde estás, haciendo lo que hagas, e intenta concentrarte en practicar también lo que tanto repiten algunos especialistas: «enfócate en los aspectos positivos de toda situación», aún cuando parezca que nada trae alegrías.
Ten feliz día.