¿Te has encontrado con un libro que pareciera que lo escribieron para tí?

¡Que placer nos deja leer un buen libro!, de esos que parecen que lo escribieron para uno exclusivamente.

Y pensando en las tantas cosas, las enseñanzas sorprendentes que nos dejan los libros, quiero compartirte mi pensamiento de aquellos que yo encuentro especiales.

Al leer un buen libro te encuentras, sin lugar a dudas, a tu mejor aliado para convertirte en una persona más apreciable y adaptable. Y no dejes de lado que al leer mejor vas siendo mejor comunicador. Si no tienes el hábito de la lectura, te recomiendo empezar a leer cada día por unos minutos intencionales. Es decir, unos minutos en donde realmente tengas tu mente y enfoque en ese rato de lectura. Aprovecha ese tiempo al máximo.

Y no te sirve de mucho leer tus mensajes de textos y el chat con tus amigos. Empieza a leer otras cosas buenas, libros bien escritos, algo que sientas que va a transformarte en algún aspecto y probablemente te provea ideas de cómo actuar diferente para conseguir resultados mejores con todo lo que hagas.

Cuando no sabes exactamente qué leer, una guía fabulosa es contar con una lista de libros recomendados. Puedes preguntarle a alguien por algunos buenos autores, preguntar qué literatura está de boca en boca, o investigar en Internet por sugerencias, o en tu biblioteca / librería de preferencia pedir recomendaciones de lecturas acordes a tus intereses. Podrías pedir ayuda con lectura para principiantes.

Por otro lado, si ya eres una persona que lee un libro de principio a fín un par de veces al año, ¡bien! mantén ese hábito de lectura con seriedad y prioridad; no permitas que un libro en particular te aburra. Puedes leer como entretenimiento, puedes releer párrafos y tratar de decirlos de manera diferente o decirlos en pocas palabras. Puedes indagar, por ejemplo, qué trata de decirte el primer párrafo o el primer capítulo del libro.

Mientras vas leyendo, identifica las palabras que te sean nuevas y busca sus significados en el diccionario luego, llévalas anotadas en una lista. Pero mucho más allá de estos detalles, disfruta tratando de conocer al escritor tras sus palabras -imagina cómo sería esa persona, por ejemplo-. Trata de leer varios autores y comienza a identificar qué tipo de lectura se te hace más fácil, o más entretenida, etc. Ser detallista con lo que lees te permitirá poder comenzar a escribir (si así te provoca un día) copiando a otros, hasta que luego tú mismo/a con soltura marques tu estilo personal.

Algo genial que te sucederá con la lectura (y la reflexión de lo que lees) es que con el tiempo tus pensamientos fluirán con rapidez y podrás escribirlos con facilidad. Y si te atrae seriamente la idea de probar escribir un rato de esos, intenta escribir resúmenes de lo que leíste, o jugar a dar vida a otros cortos capítulos iniciados por la idea del libro.

Cuestiona e indaga con frecuencia, por ejemplo, por qué mencionan a un libro como bueno, y formula tu propia crítica. Es probable que llegues a pensar diferente a otros lectores, y estará bien, pero ve al fondo y descubre exactamente por qué piensas diferente. Eso se llama fundamentar tus razones. Hacerlo así ha ayudado a muchas personas a desarrollar su carácter y estilo para comunicarse.

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