Hubo algo que aprendí hace años atrás sobre mi persona, y sobre otras personas, que me ayudó a entender como alguien puede sutilmente conducir una excelente conversación y ser apreciado en maneras muy interesantes –trayendo igualmente nuevas oportunidades imprevistas. En mi caso muy personal era algo necesario que debía aprender, ya que tendía a veces a preocuparme mucho sobre lo tanto que podía hablar y lo tediosa o grosera que podía ser percibida. Nunca es mi intención ser tomada de esa manera, pero sí es el dejar claro que hay temas y conversaciones en donde mis puntos sobre la íes tienen sus razones.
El primer paso para que tú agregues valor a lo que dices es descubrir qué es lo que las personas con quienes conversas realmente valoran –y no lo que tu crees que ellos valoran–. Ellos te pueden decir qué es lo que quieren, qué les gusta, qué es prioridad en su vida, qué valoran y muchas cosas más sin necesidad de que tú creas o asumas lo que piensas de ellos.
Preguntarle directamente a las personas qué es lo que ellos valoran es la manera más rápida y efectiva para obtener respuestas que te van a permitir fundamentar opiniones claves. Cuando una persona opina con pensamientos claros, y lo hace tocando puntos valiosos para el oyente, el interés y la atención aumentan a su favor.
La mayoría de las veces, lograr una buena conversación, especialmente cuando envuelve parte de un trabajo, un proyecto o una persona que te interesa, implica hacerle preguntas críticas a las personas con quienes conversas para tu poder formar unas opiniones y comentarios genuinos que te van a ayudar a ganar mayor confianza y respeto de ellos. La idea esencial es descubrir qué te responden, permitir que las personas se relajen un poco y propicien un entorno favorecedor en la conversación, pero igualmente es tu tarea mantenerte alerta a las señales que aparecen y aportar tus palabras y pensamientos en aquello que realmente sabes y sientes va agregar valor.
Agregar valor en una conversación puede tener muchos significados que van desde, por ejemplo, aportar un comentario que es una posible solución a un problema, aportar ideas para mejorar la condición de vida de alguien, crecer las relaciones interpersonales, falicilitar la forma de hacer un trabajo, cambiar los sentimientos negativos con respecto a alguien o algo, etc.
Sabiendo esto, agregar valor en los momentos con las personas hace que esos momentos sean significativos – y si es un primer encuentro, el resultado en esa primera impresión es tremendo. Dime tú, ¿quién no quiere seguir conversando con y conociendo a alguien que respeta y toma en consideración lo que uno valora y aprecia tanto? – No esperamos, y realmente no deseamos, encontrarnos con que todas las personas nos apoyen y estén de acuerdo con todo lo que pensamos, pero ¡vaya! que apreciamos y notamos a esos seres que respetan lo que creemos y que muestran un pequeño gesto en conocernos un poco más al mismo tiempo que nos hacen mejorar en nuestras propias cosas y entornos.
Si realmente te interesa mantener una conversación fluída y contínua, en varios encuentros, con personas de mucho interés para tí, es importante que profundices en el tema de los valores individuales. Hacerte preguntas como las siguientes puede ayudarte mucho cuando estás empezando a conocer a alguien importante para tu carrera o futuro, cuando te han invitado a una reunión con posibles oportunidades, y hasta para cuando invitas a alguien a un almuerzo: ¿qué es lo que valoran los demás?, ¿qué es lo que valora esta persona con quien deseo hacer negocios?, ¿qué valora este empresario de sus empleados?, ¿qué puede agregar valor a este momento y despertar interés en esta persona para que me considere seriamente?, ¿qué valora mi vecino para poder llegar a la solución de un conflicto que nos afecta a ambos?
Tip: No es concentrarte solamente en tí mismo y todo lo que puedas hacer por ellos, sino en realmente poner de tu parte y aprender un poquito más de lo que a ellos les importa, para que de esa manera tu puedas ajustar tus palabras, actitudes, y propuestas con mejor sentido y gran chance de ser aceptadas.
Recordando parte de mis experiencias, al repasar este artículo, no dejo de reirme de la cantidad de ‘burradas’ y errores que he cometido, y de hecho algunos me costaron proyectos y personas. Así que ya lo sabes, y repitiendo lo que a ratos se dice por ahí, ‘a frenar la lengua un poco primero’ y evitar que alguien te salga y te diga como decía mi hermana: “¿Donde tiene ella el switch?”. Off.
Si te ha pasado alguna experiencia graciosa o triste que te ha dejado mucho aprendizaje sobre cómo comunicarte mejor para tu propio beneficio, déjame tu comentario, tambien quiero saber como la vas pasando tú.