Las decepciones y vergüenzas: Cómo levantarnos de ellas y aprovechar estas experiencias a nuestro favor

Las decepciones y vergüenzas: Cómo levantarnos de ellas y aprovechar estas experiencias a nuestro favor

Comunicación Asertiva Hábitos maravillosos

Hay muchas cosas inevitables en la vida, y una de ellas es encontrarnos momentos de decepción y vergüenza; momentos en los que nuestras expectativas no fueron suficientes y nuestra confianza flaqueó bastante. Y aunque es cierto que estas experiencias pueden parecernos inicialmente tan desalentadoras o incómodas, especialmente cuando uno lleva proyectos en donde tiene constantemente que dar la cara y ser el responsable de todo, también tenemos que entenderlas y verlas como oportunidades únicas para el crecimiento y el autodescubrimiento.

Y en este audio que compartí en mis redes sociales hablé un poco de ello y de ese crecimiento al que súbitamente en ocasiones nos vemos reconociendo y aceptando; es un aprendizaje que requiere un cambio de perspectivas y un enfoque más cuidadoso. Después de todo, con las vergüenzas y decepciones, de alguna manera sentiremos el poder transformador que trae a nuestras vidas e impacta en nuestros trabajos.

A continuación también te comparto un poco sobre algunas estrategias que nos ayudarán a todos a saber aprovechar estas emociones desafiantes, y muchas veces desagradables, a nuestro favor:

Reconoce tus sentimientos: Permítete experimentar y reconocer plenamente las emociones de decepción y vergüenza. Es natural sentirse molesto o avergonzado cuando las cosas no salen como lo planeamos, pero negar a aceptar lo que ocasionamos o reprimir estos sentimientos puede obstaculizar nuestra capacidad para aprender de la experiencia.

Practica la autocompasión: Ser amable y compasivo contigo mismo durante los momentos de decepción o vergüenza es fundamental para sanar, perdonar y continuar. Recordemos que todo el mundo experimenta reveses y errores, y que estas experiencias son oportunidades de crecimiento y aprendizaje, en lugar de reflejos de nuestro valores o habilidades. Claro que reconocerlo viene con un poco de sabor amargo.

Identifica las lecciones aprendidas: Reflexiona sobre la situación que te llevó a la decepción o vergüenza e identifica las lecciones o ideas que puedes extraer de esta experiencia. Pregúntate qué salió mal, qué podrías haber hecho diferente y qué puedes aprender de esta experiencia para mejorar en el futuro.

Establece expectativas realistas: Examina si tus expectativas eran realistas y alcanzables dadas las circunstancias que se te presentaron. Y así podrás ajustar tus expectativas y ayudarte a evitar decepciones innecesarias y prepararte para el éxito en proyectos futuros mucho mejor.

Busca comentarios: No es fácil pedir consejos o escuchar sugerencias cuando nos sentimos mal o incómodos por vergüezas o decepciones. Sin embargo, especialistas nos recuerdan que estas experiencias aunque incómodas puede llevarnos a comunicarnos con amigos, mentores o colegas de confianza para pedirles comentarios sobre cómo manejar estas situaciones mejor (o cómo manejarlas de distintas maneras). Las perspectivas que te podrán ofrecer quizá te traerán ideas valiosísimas y sugerencias que nunca habrías considerado por tu cuenta.

Concéntrate en las soluciones: A veces nos equivocamos en nuestras decisiones ocasionando problemas, aumentándolos, etc., y en lugar de insistir en lo que salió mal y el pasado, más vale buscar cambiar nuestro enfoque para identificar soluciones y tomar medidas claras para abordar la situación. Entre otras cosas, expertos en este tema comentan que pongamos en practica dividir el problema en tareas manejables y pensar en posibles estrategias para seguir adelante; es decir, buscar maneras para no quedarnos estancados en la vergüenza y demás, recordemos que nadie es perfecto y esto nos hace humanos.

Adopta y abraza una mentalidad de crecimiento: Considera los desafíos y reveses como oportunidades de aprendizaje y crecimiento en lugar de limitaciones fijas y que no podrás cambiar. Acepta la creencia de que tienes la capacidad de mejorar y superar obstáculos mediante el esfuerzo, la perseverancia y la resiliencia. Hablarnos con optimismo y positividad, de hecho, fomenta la facilidad en ese desarrollo contínuo de nuestra mente flexible y en constante desarrollo.

Practica la resiliencia: Ve distintas maneras de desarrollar estrategias para afrontar lo que te pase y recuperarte de la decepción y la vergüenza. Algunos especialistas en psicología y desarrollo humano sugieren que participemos en actividades que nos ayuden a recargarnos de energías necesarias y recuperar nuestra perspectiva saludable respecto a lo afectado, como por ejemplo hacer ejercicio, poner atención plena o pasar tiempo con seres queridos que nos apoyen en estos momentos.

Celebra tu progreso: Celebra tus pequeñas victorias y el progreso a lo largo de tu camino, incluso si es solo un paso para superar tu decepción o vergüenza. Se dice que al reconocer y valorar nuestros esfuerzos, por muy pequeños que sean, contribuirá en nuestro crecimiento y resiliencia a lo largo del tiempo.

Úsalo como motivación: Canaliza tu decepción y vergüenza en maneras que te motiven a mejorar en tus acciones y decisiones y lograr tus objetivos. Deja que estas experiencias alimenten de alguna manera tu determinación de triunfar y demuéstrate a tí mismo/a que eres capaz de superar los obstáculos y la adversidad, y de actuar con mayor responsabilidad y claridad. Ten paciencia contigo mismo/a y háblate con cariño y respeto.

Muchos de nosotros hemos vividos suficientes momentos en donde la decepción y la vergüenza nos asustan y pueden llegar a limitarnos tanto. Sin embargo, algo que nos recomiendan especialistas en distintas áreas como la salud mental, la psicología, y el desarrollo personal, es que no permitamos que esas experiencias se conviertan en obstáculos en nuestro camino de la vida; de hecho, hay quienes sugieren que veamos estas experiencias como catalizadores poderosos del crecimiento, la resiliencia y el autodescubrimiento. Hay varias maneras para poder transformar estas emociones desafiantes en oportunidades de aprendizaje y mejora contínua -y no siempre tenemos porqué pasar estos momentos solos; podemos aprender a confiar en otros de quienes solemos valorar y escuchar consejos.

Y algo que siento que ayuda bastante con lo desagradable de estas experiencias es que a medida que entendemos y cultivamos nuestra capacidad de resiliencia, establecemos entonces unas expectativas más realistas a nosotros y nuestras condiciones permitiendo enfocarnos en las soluciones (es decir, en esos espacios y relaciones en donde hayamos ocasionado problemas o inconvenientes). Aprovechemos estos momentos para ayudarnos a apreciar y desarrollar habilidades y una mentalidad necesarias para afrontar los inevitables reveses de la vida con gracia, perdón y determinación.

Con las decepciones y vergüenzas no nos toca más que aceptarlas primeramente como partes integrales de la experiencia humana, como dicen tantas personas, y luego así contemplar y reconocer el poder transformador que tienen para convertirnos en individuos más fuertes, más sabios y más capaces de superar cualquier obstáculo que se nos presente, o que nosotros mismos nos ocasionemos.

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