Al enfocarnos en comunicarnos eficazmente para expresarnos con nuestras habilidades y capacidades al tomar decisiones implica varias cosas y principios clave que hay que tener presente en nuestro contínuo desarrollo:
Necesitamos aprender a hablar con claridad: Hay que buscar articular claramente aquello que fundamenta nuestras decisiones. Y para ello se nos invita a utilizar un lenguaje sencillo y conciso para explicar los factores que hemos considerado, las alternativas que hemos evaluado y el razonamiento que hemos puesto detrás del curso de nuestra acción elegida. Expertos en distintas áreas nos comentan que evitemos la jerga o los términos técnicos que puedan confundir a los demás; es decir, no hablemos con lenguaje o de una forma que intuímos muy bien que las personas no podrán entendernos.
Afinquémonos en la transparencia: Seamos transparente sobre el proceso de toma de decisiones. Y esto en muchos escenarios indica que busquemos maneras para compartir información, datos relevantes que fundamentaron nuestra decisión, o mensaje que nos mueve en nuestras acciones, incluidas cualquier incertidumbre o limitación que presentemos al momento. Ha sido tan evidente y transformador en muchas relaciones y espacios observar cómo la transparencia en la forma de comunicarse de muchas personas genera confianza y credibilidad, logrando con ello fomentar la comunicación y la colaboración abierta en el entorno.
Recordemos mantener empatía: Considerar las perspectivas y las preocupaciones de los demás cuando nos hablan afecta mucho en nuestras decisiones y en el efecto que generarémos en las personas. Aunque tengamos claras nuestras decisiones, en ocasiones al empatizar con las perspectivas diferentes de las personas y abordar cualquier pregunta u objeción que ellos tengan con paciencia y respeto cultiva y fortalece las relaciones contínuamente. Porque el impacto que causamos por nuestras decisiones en las personas demuestra mucho nuestras capacidades al considerarlos e importarnos por ellos, y en muchos casos se observa como las decisiones se comprenden y aceptan con mayor facilidad y colaboración al sentirnos todos los involucrados tomados en cuenta.
Escuchemos activamente: Ha sido bien explicado que la comunicación eficaz es un proceso bidireccional; es un acto en donde hablamos y escuchamos. Practiquemos la escucha activa, así como resaltan especialistas en la materia: escuchando atentamente los puntos de vista, las inquietudes y los comentarios de la gente. Claro que necesitamos importarnos por lo que sienten y dicen los demás en muchos entornos. Pongamos en practica validar sus aportes, invitarlos a expresar sus opiniones y perspectivas, y participar en diálogos constructivos que de alguna manera nos ayuden a todos a fomentar el entendimiento mutuo, la consideración de la diversidad de realidades y la colaboración en el logro de objetivos en común..
Cultivemos confianza: Hay poder al comunica nuestras ideas y pensamientos con confianza y convicción. Y esto quiere decir que proyectemos confianza en nuestras experiencias y en todo aquello que hemos vivido; confianza en el juicio y las capacidades que hemos adquirido para evaluar las situaciones complejas que se nos presentan. La confianza en uno es fundamental para inspirar e infundir incluso confianza en los demás, ayudándoles a fortalecer la credibilidad en sus propias habilidades al tomar sus decisiones, haciendo que ampliemos nuestra manera de vernos y percibirnos capaces y dispuestos en diferentes entornos y momentos.
Trabajemos en nuestra adaptabilidad: Los tiempos de hoy, sin lugar a dudas, ¡vaya! Nos ha empujado mucho a aprender a ser flexible y adaptable en las maneras de comunicarnos. Y esto quiere decir que tenemos que adaptar nuestros mensajes a las preferencias, necesidades e incluso estilos de comunicación de nuestra audiencia (esa persona con quien me comunico). Y es tan valioso considerar eso de la adaptación en los estilos de comunicación porque a medida que profundizamos en el estudio de las personalidades y culturas, nos damos cuenta de que se requieren distintos niveles de experiencia y conexión para poder estrecharnos y comprendernos con alguien.
Hagamos uso de todo aquello que nos ayude visualmente: Hay especialistas quienes recalcan que utilizemos ayudas visuales, como por ejemplo cuadros, gráficos, fotos, o presentaciones, para complementar nuestra comunicación verbal. Para muchísimas personas, los elementos visuales juegan un papel crítico a la hora de entender conceptos complejos, mejorar la comprensión en general de la conversación y para reforzar los puntos clave que queremos que realmente absorvan. Las ilustraciones y ayudas visuales son particularmente efectivas para muchos de nosotros especialmente cuando hablamos, discutimos y tomamos decisiones en donde basarnos en datos claros para explicar es fundamental.
Creemos circuitos de retroalimentación: Este es un tema del que yo poco sabía. Y en él se nos explica que establezcamos un circuito de retroalimentación para recopilar información y evaluar cómo impactan nuestras decisiones. Con ello, la idea es fomentar la retroalimentación constructiva entre las personas involucradas y así llegar a encontrar oportunidades donde mejorar, o desafiarnos a cambiar – en el caso de que ese tipo de experiencia lo emociona e incentiva a uno-.
Practiquemos distintas maneras de narración: En este tema si que me emociono por experiencias gratas que he tenido. Hay que irnos sintiéndo cómodos utilizando técnicas de narración variadas para transmitir nuestras decisiones de una manera convincente y memorable. Cada vez que enmarcamos nuestras decisiones dentro de un contexto narrativo, según explican expertos, destacando nuestros desafíos, oportunidades y resultados, fomentamos ese compromiso, conexión emocional y retención de mensajes claves tan necesarios para fluir en las conversaciones y decisiones. En cada estilo de narración nos sorprendemos de las distintas maneras de conectar, atraer y mantener a las personas en contacto frecuente.
Llevemos algún tipo de seguimiento: Se nos recomienda en muchas áreas donde tomamos decisiones importantes, llevar un seguimiento de ellas: mantener una comunicación clara sobre los planes de lo que queremos implementar, los cronogramas de cómo nos orientamos en el camino y las expectativas que quisiéramos lograr y disfrutar. Esto lo consideramos esencial porque al tomar decisiones las partes involucradas necesitan estar informadas sobre el progreso, cómo abordar cualquier problema o para aclarar inquietudes con prontitud y proporcionar actualizaciones según vayan siendo necesario. Particularmente, siento que una comunicación de seguimiento nos ayuda a ser eficaces al demostrar, de alguna manera, esa responsabilidad en nuestras decisiones y acciones al mismo tiempo que nos ayuda a alinearnos con nuestras visiones durante todo el proceso de cambio en esas tomas de decisiones.
